lunes, 24 de agosto de 2009

Contra la Ley Herodes... ¡calle!

El Carabobeño 24/08/09
¡Hasta cuándo!
Contra la Ley Herodes... ¡calle!


Pablo Aure

“En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle”

Mahatma Gandhi

La mejor manera que tiene la fuerza democrática de nuestro país para demostrar su ventaja cuantitativa es, sin dudas, la de permanecer en las calles.

La movilización que se produjo el sábado en Caracas contra la inhumana Ley Herodes o Ley Orgánica de Educación, devela claramente de lo que es capaz el pueblo venezolano para defenderse de las garras del comunismo castro-chavista.

No es sencillo que se movilicen tantas personas para protestar un fin de semana lluvioso y en plenas vacaciones escolares. No obstante, el pueblo caraqueño únicamente -porque no hubo movilizaciones en autobús desde el interior del país- salió a las calles. Al Gobierno no le quedó otra alternativa sino hacer lo mismo de siempre: convocar para la misma hora y para el mismo sitio una concentración que supuestamente defendía la macabra ley.

Por cierto, una vez más, el régimen quedó al descubierto: su sustento popular va, como dicen, palo a’ bajo. Los únicos que aparentan ser “patria o muerte” con él son algunos sayones alabarderos que desgraciadamente hacen vida en las fuerzas armadas, cuyo objetivo primordial es complacer, cual salvajes bufones, a las órdenes del comandante en jefe.

La suerte está echada

Una y mil veces más lo repetimos: la calle es el camino. El pueblo lo ha entendido y todos los partidos democráticos también. Los cálculos electorales individualistas que lamentablemente abrazan algunos militantes opositores, deben ser apartados para concentrarse en respaldar el objetivo principal que no es otro distinto que el de procurar que ese bandidaje dirigido desde Miraflores, y que por más de diez años ha desangrado a Venezuela, dure el menor tiempo posible en el poder. Y eso, repito, solamente es posible con el pueblo en la calle y con unos partidos políticos unidos en torno a las aspiraciones de la gente honesta y comprometida.


¿Y los padres qué?

Los padres, madres y representantes tienen una obligación con sus hijos: procurar para ellos la mejor educación; y para eso, es necesario que la educación sea plural e impartida por maestros y profesores, y, en ningún caso, por agentes adoctrinadores del régimen.

Los jóvenes deben conocer y entender todas las doctrinas e ideologías políticas. Se les debe enseñar cuáles modelos políticos han fracasado en el mundo, y con cuáles sistemas las naciones se han desarrollado. Se les debe enseñar y explicar que, para que en un país exista democracia, los poderes deben ser verdaderamente autónomos e independientes, nunca subordinados unos a otros. Tienen que estar claros nuestros jóvenes que los militares deben y tienen que estar en los cuarteles al servicio de la patria, y no inmiscuidos en asuntos partidistas, bajo ningún ardid, como ese de mezclar bolivarianismo y revolución socialista como fin último que amparar. Que comprendan que los gobiernos en lugar de gastar sumas de millones de dólares en armas deberían invertir esos recursos en educación y salud. Que se les enseñe que los presidentes no pueden ser para toda la vida, y que cada cierto tiempo -breve- hay que sustituirlos, porque así es como está demostrado que funcionan las democracias en el mundo.

Pero para poder ayudar a nuestros hijos y a nuestro país, cada uno de nosotros tiene que asistir a todas las reuniones de padres y representantes que se nos convoque. Si es necesario, hacer vigilia en los centros educativos para evitar que nos envenenen ideológicamente a nuestros hijos. No vacilemos en permanecer activamente para cuando seamos convocados a la lucha. El Gobierno no puede tener mayor ingenio y poder que la voluntad de los padres y representantes, cuando ellos están decididos a proteger a sus hijos.

Adiós Gustavito

La comunidad universitaria se viste de luto con la desaparición física de uno de sus personajes emblemáticos y más queridos de los últimos tiempos. Me refiero a Gustavo Azuaje: el popular “Gustavito”. Día tras día nos alegraba la jornada con su peculiar manera de tratarnos de “tío” o “papá” a sus compañeros de labor. Fanático magallanero y, además, codirector con Renato Capriles de la Orquesta “Los Melódicos” cuando tocaban en Valencia. Lamentablemente dejó de existir este ingenuo trabajador universitario, para el dolor de todos los que fuimos sus amigos y compañeros en el Rectorado. Paz a sus restos.


pabloaure@gmail.com

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