lunes, 7 de septiembre de 2009

Barajo miedo

El Carabobeño 07/09/09
¡Hasta cuándo!
Barajo miedo
Pablo Aure

Inicio de clases
La batalla en contra de la Ley Orgánica de Educación ahora es cuando comienza. El 16 de septiembre debemos demostrarlo asistiendo a los colegios y liceos públicos o privados de nuestros hijos, vociferando el más contundente rechazo a ese instrumento legal. Que nadie se haga el desentendido. Es nuestro deber defender el futuro de Venezuela. Ese día deben existir tantas asambleas ciudadanas cuantos colegios tengamos. No es el momento de que otros decidan por ti la educación que impartirás a tus hijos.
No es difícil organizarnos en ese sentido: que cada padre o representante vaya al colegio o escuela donde estudia su muchacho, y aquellos que todavía no tienen hijos pero están preocupados también por la situación, que asistan al colegio o liceo más cercano y se involucren en el debate, explicando el peligro que la ley representa para que de ese modo hagamos saber por qué nos oponemos a su implementación.
Ha llegado la hora de desafiar con la razón las insinuaciones de la Fiscal General de la República de abrirnos un expediente si alteramos la paz. ¿Cuál paz? Aquí lo que hay es una sensación de ¡Quieto ahí! impuesta por la delincuencia que campea, entiéndase, la común y la de cuello rojo.
Vergüenza sentimos los venezolanos cuando vemos a representantes del Ministerio Público hacerle el juego por un bozal de arepas a este régimen dictatorial. Qué lástima que en las dictaduras hay funcionarios faltos de dignidad, que actúan como verdaderos mercaderes de la justicia.

Interés oscuro
Recibimos una repentina llamada del presidente de la televisora DAT TV en la que nos informaba que “por razones de peso” se obligaba a sacar del aire el programa ¡Hasta cuándo! que se transmitía todos los días jueves y domingos por esa televisora regional, bajo nuestra conducción.
Casualmente, ya algunas personas me venían alertando sobre esa posibilidad debido a que la audiencia y penetración del programa en las zonas populares de Valencia estaba causando molestias en sectores oficialistas. El programa recogía las ingentes quejas de los ciudadanos habitantes de los abandonados barrios populares de esta ciudad. Es inmensa la lista de peticiones que tenemos para que ¡Hasta cuándo! se transmitiera en diversas comunidades.
Esta censura delata la grave situación de conculcación de la libertad de expresión que padecemos en nuestro país.
El cierre de emisoras, la asfixia vía recortes de divisas a los medios para la adquisición y reparación de equipos, de papel para los periódicos, el cierre de emisoras y la amenaza latente de clausura a las que siguen operando, es la forma como el gobierno busca sacar del aire programas y emisoras que le son incómodos porque se resisten a consentir el modelo político fracasado que el chavismo pretende instaurar en Venezuela.
La persecución contra comunicadores sociales que transmiten las verdaderas calamidades que está padeciendo Venezuela, está a la orden del día. Verán los venezolanos cómo cada día disminuirán hasta desaparecer los programas y medios que divulguen denuncias sobre el bochorno que sufrimos. De hecho, cualquier televidente puede constatar que al cambiar los canales en su televisor se repite el mismo estilo cubanoide de televisión con predominio de imágenes del presidente y aduladores de su figura.
Lo cierto del caso es que, hasta el momento de escribir esta columna, no hemos tenido a la vista ningún documento que justifique el cierre de ¡Hasta cuándo!, aunque, extraoficialmente, me han dicho que tales “razones de peso” provienen de la alcaldía valenciana, debido a que en uno de los programas algunos líderes comunales del chavismo manifestaron haberle retirado el apoyo a Edgardo Parra por haberlos abandonados a su suerte.
Ya sabemos entonces de qué se trata la consigna municipal “socialismo eficiente”: eficiente en perseguir la disidencia, hacer pintas y consignas amenazantes a las puertas de los medios de comunicación. En eso sí es eficiente el socialismo municipal, porque en lo que son sus responsabilidades, bien es sabido el estado de abandono e inseguridad que estamos sufriendo.
De no existir Globovisión, los ciudadanos no tendríamos cómo ver por televisión ninguna opción distinta a la línea editorial que imponga el oficialismo.
La cobardía de los medios no conduce sino a la consolidación de la tiranía.
La coartada de Sun Sung
Ayer leí con especial interés el foro que el agudo periodista Alfredo Fermín le hizo al primer gobernador electo por la voluntad popular en Carabobo, Henrique Salas Römer.
En honor a la verdad debo decir que suscribo muchas de las cosas dichas por el ex gobernador, aunque jamás estaré de acuerdo con la respuesta que dio a la siguiente pregunta de Fermín: “¿Por qué usted, que fue el abanderado del proceso de la descentralización, no salió en su defensa cuando el Presidente le quitó facultades a los gobernadores?”. Y el ex gobernador contesta: “Sun Sung decía que aquel general que lanza su Ejército al ataque sin estar seguro de la victoria, no es digno de la confianza del pueblo soberano. Éste no es un momento oportuno para librar ese tipo de batallas”.
Esta respuesta del ex gobernador me parece más bien que trata de esconder de forma táctica otra realidad, como la del miedo al gobierno central por las retaliaciones que pudiera emprender contra el gobierno regional. Porque lo menos que se puede pedir es que se levante una voz autorizada contra la frontal vulneración de valor fundamental de nuestro sistema constitucional. No se trata de dar una batalla cuerpo a cuerpo, la cual, evidentemente se perdería contra un caudillo militar que ha subordinado e ideologizado al ejército venezolano, junto con las milicias pretorianas que inconstitucionalmente ha creado, a un proyecto comunista.
Desde luego, lo que se plantea es una batalla de ideas. Desconoce Salas el derecho que tienen las minorías en los sistemas democráticos. Él debe recordar que se convirtió en diputado siendo minoría y fue electo gobernador de Carabobo en situaciones a todas luces adversas. Pero con la palabra convenció al pueblo carabobeño. Carabobo vio entonces en él al paladín de las minorías. Su discurso caló. Denunció estafas inmobiliarias. Recordamos que se veía acorralado en épocas del bipartidismo, sin embargo, pudo emerger. Si hubiera sido por ese principio de la guerra, Salas no hubiera salido a la palestra, porque él mismo sabe que, de principio, no estaba seguro de la victoria.
La pelea o batalla a la que alude Sun Sung obviamente no es la de la confrontación de las ideas, sino la lucha armada.
Claro está, jamás pelearíamos con el ejército rojo de Chávez, ni con sus mercenarias milicias, pero ello no implica que nos neguemos a refutar con ideas los puntos en que disentimos del régimen, Dr. Salas.
pabloaure@gmail.com

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