lunes, 24 de mayo de 2010

¿Constituyente universitaria?

El Carabobeño 24/05/2010
¡Hasta cuándo!
¿Constituyente universitaria?
Pablo Aure
Se acercan las vacaciones de agosto y nuevamente los rojos rojitos enfilan la artillería contra las universidades. Tal y como ocurrió con la Ley Orgánica de Educación, que en pleno receso estudiantil aprobaron ese inconstitucional mamotreto, ahora nos intentarán meter un disparate que el “proceso” ha dado en llamar la “constituyente universitaria”. El ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, Edgardo Ramírez, lo anunció el viernes pasado. Algunos de los argumentos para proponer esa llamada constituyente se basan en que supuestamente “es un paso necesario para avanzar en el modelo de universidades Inclusivas y democráticas”; también expresan que: “requieren que las universidades estén conectadas con la realidad del pueblo y que tengan un nivel teórico y práctico conectado con el modelo socialista en construcción”. El ministro Ramírez declaró la semana pasada que están impulsando la referida constituyente universitaria en las 15 universidades que integran la Asociación de Rectores Bolivarianos (Arbol), así como en los 30 tecnológicos y colegios universitarios. O sea, en las casas de estudio en las cuales ellos mediante el dedo rojo (para nada democrático) imponen a las autoridades. “Ya llegó la hora. Estamos realizando esta convocatoria a profesores, empleados, obreros y estudiantes, porque este es un contexto político que asume la participación en la construcción del proyecto país y del socialismo bolivariano” (sic). Ahora bien, ¿quién ha dicho que las universidades deben adecuarse a una ideología política? ¿A qué proyecto de país pretenden involucrarlas para su construcción? Es decir, en lugar de que las universidades le aporten las ideas al gobierno para la construcción del país que todos queremos, es el gobierno quien intenta dar las líneas a las universidades para que nos adecuemos a sus propósitos. Si el gobierno desea ver transformadas nuestras universidades, debería pensar primero en los sueldos del personal que en ellas labora, en el monto de las becas que los bachilleres reciben; pensar que la inflación no solamente afecta a los militares (a quienes les aumentaron el 40%) sino que también afecta a los universitarios. Que las universidades necesitan mayores recursos para invertirlos en la docencia, en la investigación, en la extensión y en el servicio comunitario que por responsabilidad social realizamos a diario en nuestras comunidades. Que necesitan más y mejores unidades de transporte. Si el gobierno en realidad cree que nuestras universidades son excluyentes, por qué, por ejemplo, no se fija hacia dónde van los autobuses (de la UC) para recoger o llevar estudiantes. No van precisamente hacia las urbanizaciones de clase media o alta. Nuestros autobuses buscan y llevan a los muchachos de zonas populares.
Verdaderas intenciones
No tengo dudas de que las universidades deben adecuarse a las exigencias de los tiempos, lo que no es igual a las exigencias de los gobiernos. Y la realidad de esto es que el gobierno lo que desea es tener el control. También es cierto que dentro de nuestras instituciones existen problemas internos, que tenemos que corregir con el concurso de todos. Pero esos problemas, que los hay, jamás deben opacar las infinitas acciones que en beneficio del país las universidades junto a los universitarios han realizado. Ya basta de seguir ahogando presupuestariamente a las universidades. Lamento que ese discurso intervencionista sea acogido por algunos miembros de la comunidad universitaria; son pocos, es verdad, pero a ellos también hay que recordarles que no pueden empeñarse en destruir lo que tanto ha costado construir. Que entiendan que el afecto de sus compañeros o de sus colegas no se conquista promoviendo la intervención. Que jamás serían reconocidos por la comunidad si son impuestos a dedo para dirigirlas. Ellos, los que apuestan a la intervención, saben que con todos los defectos que puedan tener las universidades autónomas siguen siendo las mejores, y prueba de ello es que los hijos de los ministros o cualquier otro de los gobernantes rojos rojitos cuando no estudian en el exterior o en alguna universidad privada, no los vemos inscribirse en la Bolivariana o en la Unefa sino en la UCV, UC, LUZ, ULA o en la UDO. Esa es la verdad. Podrán inventar las constituyentes que se les ocurra, pero jamás una verdadera universidad estará de rodillas, ni a este, ni a ningún gobierno. Universidad es sinónimo de universalidad, de pluralidad, de discrepancias, pero sobre todas las cosas, de tolerancia; donde debemos respetarnos los unos a los otros bajo un clima de convivencia, aceptando nuestras diferencias y procurando convencer con las ideas. Pobre aquel universitario que obedezca a un líder a sabiendas de que es ignorante pero lo concibe capaz de imponer sus pretensiones con la capucha, con los fusiles o con el dinero. Por desgracia, en la historia de nuestra Alma Máter nos hemos topado con minúsculos grupos que realizan ese tipo de prácticas, pero siempre son y seguirán siendo derrotados por la fuerza de la razón, única fuerza que debe ser reconocida en nuestras instituciones de enseñanza en las que con orgullo tenemos que decir que la fuerza de la sensatez es inmensamente superior a la fuerza de los malévolos.
Eliminar pruebas internas ¿para qué?
La falta de cupo en las universidades no es debido a la existencia de la modalidad de ingreso a través de las pruebas internas, ya que no solamente en nuestras universidades se le asigna un cupo a quienes obtienen mayor puntuación en dichas pruebas; pues, por ejemplo en la Universidad de Carabobo, existen diversas modalidades de ingreso, tales como: Ingreso por Méritos Académicos, Ingreso por Méritos Deportivos, e ingreso por Méritos Culturales, y actualmente se propone la reforma del Reglamento de admisión, para ampliar aún más, el abanico de modalidades de ingreso que ofrece la UC. En tal sentido, ingresan los que asigna directamente el CNU, que en ningún caso son menos del 30% del plan matricular. Asimismo, tienen derecho a ingresar en un 10% los mejores alumnos de los liceos públicos a través de sus méritos académicos, y de igual forma, la Universidad de Carabobo, reserva un 2% del plan matricular de cada escuela, para aquellos bachilleres que tengan una destacada actuación en el deporte, lo mismo -es decir un 2%- para los que tengan talento en el mundo de la cultura. Así también se garantiza y reserva el 1% de la matrícula a personas que tengan alguna discapacidad y estamos proponiendo que también tengan derecho a ingresar el 2% aquellos bachilleres que tengan bajos recursos económicos. De tal manera, que las pruebas internas no representan de ninguna forma exclusión o límites al derecho al estudio de los bachilleres que aspiran ingresar a la educación universitaria, pues en el caso de nuestra Casa de Estudios, existe una gama de modalidades de ingreso para beneficiar a todos los jóvenes aspirantes sin distinción o discriminación alguna. El gobierno critica que en nuestras universidades exista la modalidad ingreso por convenio, lo cual no llega al 10% de los ingresos totales. Cuando hablamos de convenios, nos referimos al derecho que le asiste a todos los trabajadores de la Universidad de Carabobo, como beneficio social adquirido por obreros, empleados y profesores, -sin distinción, preferencia o discriminación- el mismo derecho para todos sus trabajadores bajo relación de subordinación, que se les pueda asegurar un cupo a sus hijos previo cumplimiento de otros requisitos; por cierto, los hijos de los obreros y de los empleados estadísticamente son quienes han disfrutado en mayor parte de esta modalidad de ingreso, y no así los profesores. Si sacamos cuentas por las pruebas internas ingresan menos del 40%, el resto es por otro tipo de modalidad. Ahora bien, el gobierno sugiere eliminarlas con el trasnochado argumento de excluyentes, y que las mismas supuestamente tienden a privatizar la educación superior. ¡Que necedad! La verdadera intención gubernamental es eliminar cualquier tipo de modalidad que no sea la asignación directa desde el Ministerio. ¿Para qué? Bueno, ya tenemos experiencias con algunas listas (Tascón, Maisanta), quién sabe si se requerirá una afiliación política para tener derecho a estudiar. Requisito necesario por ejemplo para poder conseguir trabajo en Pdvsa, y/o todas las empresas estatales.
Negociando con el dictador
A los universitarios cada día les alcanza menos lo poco que ganan. Es más, la mayoría recibe un salario menor al costo de la canasta básica, y no contento con eso, el Ejecutivo nacional con saña le reduce las partidas para la seguridad social; y ahora, en una suerte de macro negocio revolucionario ha dispuesto que la empresa aseguradora será la que ellos designen desde Caracas; y, de acuerdo a lo que se nos ha informado, detrás de ese negocio estarían algunos militares dirigidos por aquel banquero que se hizo famoso con la frase “aquí estoy y aquí me quedo” que luego vimos purgando condena por desfalco en EEUU. Pues bien, los pocos recursos que llegan hay que saberlos invertir y cuidar, para que de alguna manera se nos garantice, en la medida de lo posible, nuestra seguridad. Sepan muy bien los representantes de los gremios que nada de lo que el gobierno le ha puesto la mano funciona. Al contrario: lo destruye. Amigos que hoy se visten de rojo: piensen en la Universidad y en los 116 años de historia antes de pactar su entrega a un dictador. No es el momento de hacerle carantoñas al régimen, creo que es tiempo de reaccionar con firmeza ante sus pretensiones. Si no nos hacemos respetar, la dictadura seguirá avanzando hasta asaltar nuestras universidades. Finalmente les digo que el respeto al cual me refiero no se conquista en las aulas de clases solamente. Les hablo del respeto que se logra en las calles reclamando democracia, cuéstenos los que nos cueste: ¡Sangre, sudor o lágrimas!
pabloaure@gmail.com
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Twitter: @pabloaure

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