Lamento que todavía exista la creencia de que con paralizar las actividades de un servicio público como el que cumple la Universidad de Carabobo, se pueda lograr satisfacer reivindicaciones sociales. El Consejo Universitario cuando aprobó el Calendario oficial lo hizo correctamente. No violentó el derecho que tienen los agremiados del disfrute de 45 días del receso vacacional. En efecto, desde finales del año pasado y comienzo de éste, el asunto estaba más que conversado con los gremios. Es verdad que en este pasado período vacacional se disfrutaron 42 días, pero lo que los gremios pretenden olvidar es que en enero nos reincorporamos el día 12 y no el 7 como debió ser. Eso se acordó con la representación gremial de empleados y obreros en su oportunidad. Computar los 3 días de enero para que se cumplieran los 45. Mi pregunta: ¿por qué en aquella oportunidad no protestaron los gremios? Aquí existe una especie de ceguera gremial ante el atraso que representa una universidad inactiva.
Ante esta enojosa situación de posiciones diametralmente enfrentadas de los gremios y la decisión del CU no podemos decir que ha habido vencedores, como algunos pretenden hacerlo ver. Quienes plantean la situación de vencidos y vencedores tienen una concepción estrecha de lo que debe ser la Universidad, puesto que los únicos perdedores en todo esto, por desgracia, son los débiles de siempre: los estudiantes y el país. Para nadie es un secreto, puesto que es la constante historia que esos métodos de “luchas” protagonizadas por algunos representantes sindicales o gremiales que la paralización de actividades lo que trae es el retraso en cualquier sector. Esa es práctica que precisamente siempre he combatido y seguiré combatiendo, porque jamás sacrificaría mis principios para hacer demagogia. No cejaré en mi propósito de defender a la Universidad venezolana para que mantenga las puertas abiertas. Creo que si de reivindicaciones debemos hablar, lo menos que abona en favor de todos es justamente dejar de trabajar. Eso lo defenderé cuésteme lo que me cueste.
Por otra parte, pareciera que la excelencia no tiene doliente, puesto que sacrifican la investigación, los laboratorios y a los estudiantes responsables, por 3 días ya disfrutados en enero. ¿Cómo quedamos ante la sociedad?..¿No le hacemos el juego a los eternos enemigos de la Universidad que nos quieren tildar de vagos para destruirnos?
En algún momento deberíamos reconsiderar los recesos vacacionales en las universidades. No tengo dudas de que se emprenderán profundos debates, por aquello de los supuestos derechos adquiridos. Pero en algún momento también se deberá poner en la balanza lo que pesa más: si el “descanso” colectivo (cerrar las puertas de un servicio público) o la excelencia que debe caracterizar la labor universitaria que, desde luego, se logra con estas en plena actividad.
No crean que estoy de espaldas al sentir de los profesores, empleados y obreros al reclamar justos salarios. Esa es otra pelea que tenemos que darla en Caracas. En el rectorado no se fijan los sueldos, lamentablemente por la menguada autonomía financiera que padecemos. Yo gano igual que el resto de los profesores. Recuerden, soy primero profesor antes que Secretario de la UC, que es algo circunstancial; al dejar de serlo seguiré siendo profesor y me preocupa los salarios de hambre que recibimos y las pésimas perspectivas relacionadas con la seguridad social.
Pablo Aure
Ante esta enojosa situación de posiciones diametralmente enfrentadas de los gremios y la decisión del CU no podemos decir que ha habido vencedores, como algunos pretenden hacerlo ver. Quienes plantean la situación de vencidos y vencedores tienen una concepción estrecha de lo que debe ser la Universidad, puesto que los únicos perdedores en todo esto, por desgracia, son los débiles de siempre: los estudiantes y el país. Para nadie es un secreto, puesto que es la constante historia que esos métodos de “luchas” protagonizadas por algunos representantes sindicales o gremiales que la paralización de actividades lo que trae es el retraso en cualquier sector. Esa es práctica que precisamente siempre he combatido y seguiré combatiendo, porque jamás sacrificaría mis principios para hacer demagogia. No cejaré en mi propósito de defender a la Universidad venezolana para que mantenga las puertas abiertas. Creo que si de reivindicaciones debemos hablar, lo menos que abona en favor de todos es justamente dejar de trabajar. Eso lo defenderé cuésteme lo que me cueste.
Por otra parte, pareciera que la excelencia no tiene doliente, puesto que sacrifican la investigación, los laboratorios y a los estudiantes responsables, por 3 días ya disfrutados en enero. ¿Cómo quedamos ante la sociedad?..¿No le hacemos el juego a los eternos enemigos de la Universidad que nos quieren tildar de vagos para destruirnos?
En algún momento deberíamos reconsiderar los recesos vacacionales en las universidades. No tengo dudas de que se emprenderán profundos debates, por aquello de los supuestos derechos adquiridos. Pero en algún momento también se deberá poner en la balanza lo que pesa más: si el “descanso” colectivo (cerrar las puertas de un servicio público) o la excelencia que debe caracterizar la labor universitaria que, desde luego, se logra con estas en plena actividad.
No crean que estoy de espaldas al sentir de los profesores, empleados y obreros al reclamar justos salarios. Esa es otra pelea que tenemos que darla en Caracas. En el rectorado no se fijan los sueldos, lamentablemente por la menguada autonomía financiera que padecemos. Yo gano igual que el resto de los profesores. Recuerden, soy primero profesor antes que Secretario de la UC, que es algo circunstancial; al dejar de serlo seguiré siendo profesor y me preocupa los salarios de hambre que recibimos y las pésimas perspectivas relacionadas con la seguridad social.
Pablo Aure
Secretario UC
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