lunes, 11 de octubre de 2010

Universidad Vs. autocracia


El Carabobeño 11/10/2010
¡Hasta cuándo!
Universidad Vs. autocracia

Pablo Aure


Para este jueves 14 de octubre las universidades autónomas del país han convocado lo que se ha denominado la "Gran marcha universitaria", y hay la expectativa de que ciertamente será una multitudinaria movilización. El punto de encuentro será la plaza del rectorado de la UCV en Caracas. Desde Valencia (rectorado y campus Bárbula) saldrán autobuses, al igual que desde Maracay (La Morita), lugares donde está concentrada la mayor parte de la población perteneciente a la Universidad de Carabobo. No es una marcha caprichosa, ni tampoco lleva implícita una emotiva carga de bravuconería. Nada de eso. El jueves marcharemos por muchísimas razones. No seremos solamente los de la UC, sino también marcharán los compañeros de la UCV, de ULA, de LUZ, de UDO; y hemos conversado con colegas de la Simón Bolívar que nos han manifestado que desde muy temprano también asistirán, lo mismo que representantes de Universidades hermanas como la Católica Andrés Bello, la Santa María y de la Metropolitana, que, aunque privadas, se han solidarizado con esta justa protesta. No hay que ser universitario para marchar. Sólo basta tener conciencia de lo que ocurre en el país para acompañarnos este jueves 14 a Caracas. Caminaremos desde la UCV hasta el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, entre otras cosas para exigir respeto y un trato digno para las Universidades públicas autónomas y democráticas. Este jueves 14 de octubre es una propicia fecha para devolverle a las Universidades lo que ellas tanto han hecho por nosotros, por el país. No podemos ser indolentes. La Universidad venezolana atraviesa por el peor momento de toda su historia y en nuestras manos estará evitar su destrucción total.

¿Por qué marchar?

Desde luego, el impulso inicial para lo convocatoria a esta gran marcha universitaria es la asfixia presupuestaria y el trato desigual que el régimen ha tenido con el sector universitario. En efecto, es inadmisible que el gobierno asigne muchísimo más recursos para el sector militar que para la educación. ¿Cómo entender que Venezuela pueda progresar con un sistema gubernamental que prefiere gastar en una carrera armamentística antes que fomentar la paz mediante la educación? Pero no solamente vemos esas desigualdades con las armas militares que el régimen exhibe con orgullo casi enfermizo, sino que también lo podemos observar en la grosera discriminación que aplica a la hora de establecer sueldos y salarios. Por ejemplo, si observamos la tabla de "Remuneraciones y beneficios socioeconómicos del personal militar de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana" -y en la cual no está reflejado por ninguna parte el incremento del 40% para todo el personal militar- y lo comparamos con la tabla de sueldos y salarios de la Oficina de Planificación del Sector Universitario, nos daremos cuenta de la abismal diferencia entre lo que ganan los universitarios y lo que ganan los militares. Que se entienda bien: no me incomoda que a los militares se les pague lo que le están pagando, pues creo que su sueldo debería ser aún mayor; lo que sí veo como un agravio hacia los universitarios es la diferencia en el trato salarial: ¿por qué los militares ganan más que los universitarios? Me explico: ¿Por qué el sueldo de un General de Brigada ronda los Bs.F 15.000 (incluidos bonos y primas) y, el de un Profesor Titular a dedicación exclusiva con varios postgrados y trabajos de ascensos llega apenas a los Bs.F 5.000. Repito, no quiero que el general gane menos sino que se nos remunere con el justo salario. Eso sin tomar en cuenta que el profesor tiene que comprar su ropa, pagar su vivienda cuando realiza estudios fuera de su domicilio, ya que el gobierno no le paga ninguna residencia oficial para los docentes. Recordemos: a los militares se les dota de uniformes y en muchos lugares hay casas asignadas para el mundo castrense. Otra cosa, cuando un militar pasa a situación de retiro o se jubila, la pensión y sus prestaciones las recibe casi inmediatamente, en cambio cuando es un profesor el que pasa a la situación de jubilado, pasan años sin recibir lo que por derecho le corresponde.

Comparaciones odiosas

Las comparaciones claro que son odiosas, pero en este momento debemos recurrir a ellas para graficar el trato discriminatorio que aplica el régimen hacia los universitarios. Es cierto, la lucha por las reivindicaciones siempre ha existido, en todos los gobiernos de la IV, y ahora, durante estos larguísimos 11 años de los rojos rojitos. Pero lo que antes no ocurría era el tratamiento desigual. El punto referencial era la similitud de los sueldos entre un General de brigada y un profesor titular. Desde luego, este trato discriminatorio se repite también si observamos los sueldos y los bonos de los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, que muchas veces ni siquiera reúnen los requisitos exigidos por la Constitución para ser nombrados. Un Magistrado gana al mes seis o siete veces más que un profesor titular. Los bonos que los magistrados se asignan cada fin de año equivale al sueldo de un profesor durante cinco años. No es exageración, ellos reciben 10 meses de bonificación. Y esa desigualdad no sólo es con los profesores sino también con el personal administrativo y obrero de las universidades. Los invito a comparar lo que gana un chofer en el Tribunal Supremo de Justicia o en el Ministerio del Poder Popular para la Defensa, con lo que gana el de las Universidades, que si acaso llega a los 300 Bs.F semanal. Una oficinista alcanza los 1.100 Bs.F. mensuales. Pero todavía existen desvergonzados que osan calificar nuestras universidades como clasistas o elitistas.

Instrumento de movilidad social

Con el entendido de que la gota que rebasó la copa para salir a marchar el próximo jueves ha sido el ahogo presupuestario, no es menos cierto que subyace en todo una inveterada lucha entre las Universidades y el Poder. Hoy, en lo particular, a mí me motiva algo que va mas allá de que el presupuesto sea insuficiente. Me impulsa luchar por mantener encendida la llama de la libertad y de la democracia. Así mismo, como lo digo, el único reducto democrático que existe en el país es la Universidad, y es quizá por esa razón que el régimen pretende desmoralizarla con salarios de hambre. Pero los universitarios debemos entender nuestra misión, que no es únicamente reivindicativa sino la de enseñar y predicar los valores de la libertad. Pertenecemos a la Casa que ha de vencer la sombra ignominiosa del socialismo del siglo XXI. Ha llegado el momento de salir y luchar por Venezuela y decirle no al atraso, al oscurantismo, y al pensamiento único. El régimen sabe que no hay militar, ni sable, ni cañón, que puedan doblegar el espíritu universitario cuando se decide a luchar por su razón de ser.

pabloaure@hastacuando.com

Twitter: @pabloaure

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