lunes, 20 de agosto de 2012

Campaña y narcotráfico


¡Hasta cuándo!
 Pablo Aure 
pabloaure@gmail.com 
Imposible no sentir estupor por lo que venimos observando de permisividad o complicidad de la Fuerza Armada venezolana en hechos de corrupción y narcotráfico. 
Parece que los grandes alijos de droga los envían (o los descubren) en el mes de agosto. El año pasado, por esta misma fecha, en la pista de Cabo San Román, estado Falcón, hubo un hallazgo de 1.147,25 kg de cocaína en un avión que había despegado de la base militar “La Carlota” y que al momento de la captura estaba custodiado por efectivos de PoliFalcón. El presidente Hugo Chávez dijo entonces que “la incautación de la droga en la avioneta que despegó de La Carlota y aterrizó en Falcón corresponde a una entrega controlada ‘para engañar al enemigo’...”, contrariando a su ministro de relaciones interiores Tareck El Aissami, quien dijo que se trataba de una droga que pretendían sacar del país. De hecho, en el expediente no consta que la “operación especial” para la incautación de dicha droga fuera el de una entrega controlada dado que no reposa ni la solicitud fiscal ni la autorización del juez de control requerida para ello. Por ese hecho hay algunos detenidos y el juicio está en pleno desarrollo con varios diferimientos: 9 detenidos (5 policías, un sargento y 3 civiles). Sinceramente nos parece que son simples chivos expiatorios, estos pocos privados de libertad por ese caso. Más de una tonelada de droga parece imposible que pueda ser distribuida por funcionarios de escasos recursos y poca jerarquía. Los peces gordos, imaginamos, siguen vivitos y coleando en el negocio. 
Ahora, el mismo día, pero un año después, otro avión desde el aeropuerto de Valencia, saliendo de noche y sin balizaje, también con más de una tonelada de droga, es detenido en España. La respuesta oficial en boca del mismo ministro Tareck El Aissami tampoco se hizo esperar sindicando rápidamente a “las mafias de la droga de Carabobo”. 
Bueno, en realidad hay que decir que si esto tiene que ver con alguna mafia en Carabobo, será con la mafia militar y del Alto Gobierno porque -recordemos- el Aeropuerto Arturo Michelena está bajo el control del Ministerio del Poder Popular para el Transporte Aéreo y Acuático y Bolivariana de Aeropuertos y custodia exclusiva militar de parte de la Guardia Nacional Bolivariana. O sea, puro Gobierno Nacional. Díganme entonces ¿dónde está la mafia? 
Henrique Fernando Salas, gobernador del estado Carabobo, hace varios meses expresó: “En 2004 firmé un convenio con la Embajada de Estados Unidos y construimos un galpón con un túnel especial con correas transportadoras, donde se colocarían todos los contenedores del puerto de Puerto Cabello. Esos contendores iban a entrar en los túneles de rayos X, para detectar cualquier tipo de irregularidad, incluyendo lo más importante: alijos de drogas”. Nuestra pregunta obligada: ¿Qué ha pasado con esos controles? La respuesta deben contestársela cada uno de ustedes para que podamos identificar mejor quién es el verdadero capo de la mafia. 
Petróleo y droga
Hace algún tiempo, un columnista colombiano dijo en un artículo que más que el petróleo él creía que el tráfico de droga era la principal fuente de sostenimiento de la revolución socialista venezolana, dado que, según sus cuentas, no cuadraban los ingresos y la producción petrolera venezolana con los inmensos recursos que la revolución donaba a otros países. Todo indica que en verdad, lamentablemente, nuestra Fuerza Armada estaría penetrada por el perverso negocio del narcotráfico y que esos intereses oscuros están apostando denodadamente a la permanencia en el poder de quienes les facilitan la actividad. 
Irónicamente, los pobres viajeros civiles, que a lo sumo pueden llevar la miseria que les aprueba Cadivi, soportan el atropello y el escarnio de los funcionarios militares cuando se disponen a tomar un avión para disfrutar vacaciones con la familia. Sobre todo en Maiquetía y con los vuelos que salen a Europa, los ciudadanos sufren cuando les desarman las maletas e inspeccionan hasta la ropa interior, todo para hacer creer falsamente a la opinión pública que el Gobierno vigila el tráfico de droga, mientras que por los aeropuertos militares es por donde salen las toneladas.    
Despierta Carabobo
¿Qué nos pasa a los carabobeños que seguimos tolerando la dosificación de la electricidad? ¿Es que acaso no tenemos el coraje de defender nuestros derechos? En Caracas se acabaron los racionamientos de energía eléctrica porque los caraqueños supieron protestar. Y el Gobierno reculó con ellos. Mientras que la provincia sigue condenada a los constantes apagones. Pregunto: ¿De la misma manera que nos comportamos frente al abuso gubernamental defenderemos los votos de Henrique Capriles?  ¿Qué les parece si este mes y medio que nos queda para el 7 de octubre lo utilizamos para, además de buscar más votos para el candidato del progreso, también demostrarle al Gobierno cómo se defienden los derechos? Que se entienda bien: me refiero a la defensa democrática de lo que por derecho nos corresponde y para ello podemos recurrir a la protesta pacífica y sin armas, tal como lo consagra el artículo 68 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 
Pase de factura
Durante la gira de Henrique Capriles el viernes por Carabobo, alguien me comentaba que los funcionarios públicos serán los primeros en pasarle la factura al presidente saliente Chávez. La razón es que en los últimos años, en las empresas del Estado, no ha habido ni una sola discusión de contratos colectivos. Los trabajadores de las empresas públicas se tienen que morder la lengua y conformarse con las migajas gubernamentales. Por eso, ven el 7 de octubre como una magnifica oportunidad de decirle al Gobierno: ¡basta de abusos respete a los trabajadores!      
Capriles en Carabobo
No me lo contaron. Participé activamente en la movilización del candidato del progreso por los pueblos de Güigüe, Los Guayos, San Joaquín y Guacara del estado Carabobo. Vi la pasión que Capriles despertaba. Su carisma y humildad cautiva a la gente. Sus seguidores son, en su mayoría, jóvenes que anhelan vivir en una Venezuela mejor. Pero también nos topamos con gente de todas las edades. En Güigüe, por ejemplo, me dijeron que tenían muchísimo tiempo que no veían una movilización así con tanta gente y tanta alegría. En el resto de los pueblos la sensación fue similar. 
Cada día se perfila mejor el estruendoso triunfo que definitivamente nos liberará de toda esta maraña de delincuencia y narcotráfico que, todo el mundo sabe, lucha sin descanso para mantenerse en el poder.  
@pabloaure
www.pabloaure.blogspot.com

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