lunes, 29 de octubre de 2012

A votar, a pesar de todo


¡Hasta cuándo!

(foto orlando nader / archivo)
 PABLO AURE
pabloaure@gmail.com
Si la política es cambiante, en Venezuela es mucho más. Hace dos semanas pensábamos que con la “derrota” del 7 de octubre nacía un líder para la oposición por cuya palabra los venezolanos oprimidos por este régimen nefasto podíamos expresarnos internamente y ante el mundo. Hoy la gente se ve sorprendida por la decisión de ese líder al preferir reconquistar su gobernación del estado Miranda antes que asumir a plenitud aquel papel. Es decir, Capriles renunció a ser vocero nacional de la oposición para, en una suerte de “agarrando aunque sea fallo”, procurarse una cuota de poder regional. No es fácil comprender cómo alguien que recorrió más de trescientos pueblos en la búsqueda de la Presidencia de la República y con el respaldo de todas las corrientes democráticas, se haya reducido a los limitados espacios de Miranda. Sinceramente creemos que es un garrafal error. 
Perdimos lo que se había invertido en consolidar un nuevo liderazgo nacional. Ahora, “como la miren, Catalina es tuerta”: si Capriles gana o pierde se pierde como líder nacional, pues tendrá que atender las necesidades propias del estado Miranda, y si pierde, ni se diga: tendrá que decir adiós a la política. 
Demasiado conformismo
Nos incomoda el conformismo y el visible interés que por el aseguramiento de parcelas propias de poder manifiestan muchos tratando de silenciar las necesarias críticas que han de proferirse a este sistema electoral. Hay líderes de la oposición que se eximen de hacer ruido con el tema del fraude por temor a no molestar al supremo comandante. No parece interesarle a esta clase política denunciar las trampas que la gente sospecha se perpetraron en el curso del proceso. Ni tampoco se les ve entusiasmo en denunciar que los venezolanos somos víctimas de violación de un derecho humano fundamental como es el de no contar con un sistema electoral confiable e imparcial. Todos en la oposición lo saben y lo sienten, pero extrañamente se hacen la vista gorda únicamente por miedo de ser afectados en sus cuotas de poder y prebendas con las que se mantienen operativos en la política, y relativamente cómodos. 
Dentro de siete domingos tendremos otro encuentro con las urnas electorales, esta vez “elegir” gobernadores y legisladores regionales. Confieso que votaré a pesar de que, como muchos, no me siento motivado. Lo hago porque no tengo otro medio de luchar que no sea con el voto y la opinión. Acudiré ese día a las mesas a sabiendas de que las triquiñuelas siguen montadas. Después del siete de octubre, lamentablemente me ha quedado el sinsabor de creer que detrás de todo proceso electoral en nuestro país, todavía se esconden componendas; y que algunos trafican con egoístas intereses bien alejados a la pulcritud y autenticidad que se aspiran presentes cuando la voluntad popular se expresa en la escogencia de sus gobernantes. Con estupor leímos las declaraciones del rector Vicente Díaz, en las que dice que las elecciones del 7-O fueron “pulcras, pero injustas y desiguales”. ¡Vaya pulcritud! refrendada por el rector que representa supuestamente los intereses democráticos dentro del CNE, quien se contradice a su vez. ¿Cómo es que puede ser una elección pulcra, si al mismo tiempo es injusta y desigual? Señor rector Díaz no justifique lo injustificable. Ese tipo de declaraciones son las que producen sospecha y enfado en la gente. 
Las migraciones
La verdad es que uno de los fraudes que más humilla a la gente, es el que esta semana vimos con las modificaciones ordenadas por el Consejo Nacional Electoral a los registros electorales que por Ley ya estaban cerrados, para permitir la inclusión de los candidatos chavistas (y sus familiares) en los cuadernos de votación en los estados donde el supremo dictador los impuso como candidatos. Quedamos anonadados cuando oímos las explicaciones dadas por la rectora Socorro Hernández. Dijo esta señora, sin ruborizarse, que se trataba de una simple excepción a la Ley, que no afectaba ni el cero coma cero cero por ciento de todo el registro electoral. ¿Es que acaso hay alguna violación de la ley que no sea una excepción? Lamentablemente hoy los ciudadanos no disponemos de mecanismos judiciales para atacar este tipo de arbitrariedades.
Pero si las declaraciones de la rectora al servicio del régimen fueron cínicas, las de Henrique Capriles fueron demasiado blandengues ya que no expresan el sentimiento popular. En efecto, el ex candidato presidencial y hoy candidato regional dijo: “las migraciones buscan desmotivar, que exista esa interpretación de que esto es desigual, que van a trampear”. O sea, debemos interpretar entonces que el CNE ni es desigual ni tampoco han trampeado. Lamento decir, que lo que desmotiva es precisamente ese conformismo y esa insólita pasividad para enfrentar las arbitrariedades del régimen. ¡Por Dios! ¿Hasta cuándo van a seguir con ese discursito bobalicón?  
La Unidad no peligra
Muchos han puesto a correr un mecanismo como de chantaje para hacer ver que si demostramos nuestra inconformidad con el sistema electoral y señalamos la existencia de fraude, estamos espantando a la gente y contribuyendo a que haya abstención. Nada más falso. Lo que sí hace daño es creer que nuestro pueblo es tonto. Preferible es que expresemos y denunciemos todo lo que a nuestro juicio pone en entredicho a las instituciones. Nuestra unidad está blindada, porque en común la mayoría de nosotros lo que perseguimos es la perfectibilidad del sistema y el florecimiento de la democracia. Pero mal podríamos hacerlo socarronamente tapando y aceptando tantas violaciones. Fraude continuado hubo y no nos vamos a quedar callados. Pero de la misma manera consideramos que rendirnos sería fatal. Hay que votar. Dijo una vez Felipe González que el cementerio de los políticos estaba lleno de impacientes. A Dios rogando y con el mazo dando. Votar y denunciar el abuso, es la idea.
@pabloaure

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