El Carabobeño
Opinión
Elecciones universitarias
Jessy Divo de Romero
Rectora de la UC
Rectora de la UC
Desde el 2009 en la mayoría de las universidades autónomas del país están suspendidos los procesos electorales con los cuales se escogen las autoridades rectorales, decanales, representantes profesorales y estudiantiles.
La suspensión fue ordenada por la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) hasta que fuese elaborado un reglamento electoral fundamentado en la Ley Orgánica de Educación, de acuerdo a esta decisión, los universitarios estamos obligados a permanecer en nuestros cargos.
La medida tiene entre sus principales propósitos la aprobación del llamado voto en igualdad de condiciones, con el cual se incluye el sufragio de empleados y obreros, con el mismo peso que el de profesores.
Ahora bien, habiéndose vencido el lapso para realizar tales escogencias, es conveniente fijar nuestra posición.
La suspensión parte de una orden emanada de la Sala Electoral, con la cual se pretende imponer a las universidades autónomas, la elaboración de un reglamento subordinado a los requerimientos del TSJ y no del consenso de la comunidad universitaria.
En razón de que no está entre las facultades de la Sala Electoral obligar a los consejos universitarios a elaborar dicho reglamento electoral, es inaceptable tal imposición, pues no solo atenta contra la participación de la comunidad universitaria, legítima beneficiaria de este derecho, sino que también está en oposición de los principios fundamentales consagrados en los textos legales vigentes.
En la Universidad de Carabobo estamos interesados en recobrar la normalidad perdida, retornar al ritual electoral y con ello a todo lo que implica.
Hoy, la dimensión de las transformaciones propuestas en nuestro escenario social reclama energías firmes de creación de acuerdos y consensos. Para ello, la renovación de autoridades universitarias es un ritual sagrado que debemos proteger en resguardo de nuestra institucionalidad.
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