lunes, 17 de junio de 2013

Monopolio comunicacional

El Carabobeño
¡Hasta cuándo!
Monopolio comunicacional
(Foto Archivo/El Carabobeño)
 Pablo Aure
@pabloaure
Más que demostrado: el régimen, cuéstele lo que le cueste, ha decidido apoderarse de todos los medios de comunicación en el país. Pensará que de esa manera el pueblo dejará de percibir la verdad, lo que, evidentemente, es inocultable. 
Se dirá lo que el régimen quiera. Hay que reconocer que lo ha venido logrando. Hace un año, muchos no creímos que Globovisión sucumbiría ante el Gobierno. 
Amigos, en otras oportunidades lo hemos dicho: Globovisión no es más que una empresa, y sus accionistas son hombres de carne y hueso que persiguen obtener ganancias de sus inversiones. La oferta que hizo el régimen empleando testaferros fue muy parecida a la que hacen los asaltantes cuando ejecutan sus fechorías: “la bolsa o la vida”. Si Zuloaga no vendía, simple y llanamente le arrebataban las acciones hostigándolo con sanciones y multas confiscatorias; y lo más seguro es que cuando se le venciera la concesión, no se la iban a renovar. Guillermo Zuloaga hizo lo correcto, actuó con sensatez. Los empresarios trabajan para obtener ganancias. Nadie le puede criticar por haber vendido sus acciones. Total ya estaba condenado. 
Lo que hicieron con Globovisión debe servirnos para reorganizarnos y buscar otras vías comunicacionales. El barrio y la calle deben ser recorridos, y no conformarnos con simples declaraciones a través de los medios, ni las redes. 
¿Quién en su sano juicio se le podía haber ocurrido que después de la compra de ese canal todo continuaría igual? Hoy empezamos a notar una lenta presión sobre los periodistas y poco a poco van saliendo figuras importantes independientes y críticos de este proceso. Veremos lo que va a quedar. 
Información manipulada
No es solamente con la televisión la embestida, también de la radio se han apoderado. Son pocos los programas o emisoras cuya línea editorial no “simpatiza” con el Gobierno. Para eso elaboraron la Ley Resorte. 
Lo seguirán haciendo hasta imponer una sola línea de pensamiento desde la radio y la televisión. No sé si les dé tiempo para lograrlo. Espero que no. Todos los medios informativos, hoy con Nicolás Maduro y antes con el finado, deben estar a merced del partido con pretensiones totalitarias que ostenta el poder. 
Es cierto, con la radio y la televisión es mucho lo que se puede manipular cuando están en manos irresponsables. O sea, en este caso, no tengan dudas de que están siendo exageradamente manipuladas. Tratarán de ocultar la escasez, la inflación y la inseguridad. Seguirán achacándole todos los males a la IV República, aunque hayan pasado casi quince años. Nunca encararán los problemas. Siempre tendrán un culpable distinto a ellos. Fidel lo ha hecho por más de 55 años. 
Pero mientras el Gobierno miente, el pueblo sigue haciendo colas en los mercados; sigue esperando ser atendido en los hospitales y también haciendo cola para que le entreguen a sus familiares en las morgues, abarrotadas los fines de semana de venezolanos asesinados por el hampa. 
Vendrán por los impresos
La inmediatez de la información que se genera desde la radio y la televisión era muy importante controlarla, y casi en su totalidad lo han logrado. Ahora vendrán por los medios impresos. De muchas maneras pueden hacerlo. 
Ya hemos señalado, al régimen le resbalan los tratados internacionales que protegen la libertad de expresión. Pondrán mayores restricciones a las que hoy existen. Por ejemplo, con la importación del papel para elaborar el periódico. 
No obstante estar prohibido expresamente en el Pacto de San José de Costa Rica,  a como dé lugar, pretenderán silenciar las expresiones habladas o escritas. Les transcribiré el artículo 13 ordinal 3ero para que se den cuenta lo que establece ese Tratado, y lo comparen con lo que ha venido haciendo el régimen: “No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones”. Eso dice la Ley pero otra hace la “revolución”. 
No conteste con el andamiaje jurídico confeccionado para satisfacer los caprichos comunicacionales del “proceso” con excesivos controles, también tienen a su disposición un batallón de esbirros, bien sea en la Fiscalía o en el Poder Judicial, para incoar demandas y acordar medidas contra algunos opinadores. Entiéndase bien, no son solo contra los periodistas. Pues, todo aquel que opine y se le ocurra escribir o decir algo que le incomode a Maduro o a gobernantes provinciales, debe saber que está siendo vigilado, y, desde luego, expuesto a ser enviado a un calabozo o sometido a una medida cautelar. 
A mamar... pero sin tetero
Cuando leí que existe un proyecto de Ley que prohíbe el uso del biberón o del tetero, no lo creí. Confieso que me causó gracia y pensé que a esta gente no podía ocurrírsele semejante locura. Pero no fue así, volví a subestimar la capacidad inventiva de los rojos. Por muy alocada que sea una idea siempre habrá un “revolucionario” que la adopte. 
En efecto. Al parecer mañana en la Asamblea Nacional se discutirá la reforma a la Ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna. De acuerdo con declaraciones de la diputada oficialista Odalis Monzón, el proyecto de reforma prohíbe la publicidad no sólo de biberones sino también de leches infantiles, explicando que “de la misma manera, que se sacó la promoción del tabaco de los medios de comunicación hay que evitar que se difunda publicidad que incentive el uso de fórmulas alimenticias y biberones para recién nacidos”. Definitivamente la barbarie roja rojita es osada. 
Hasta cuándo se debe repetir que la mejor manera de promover la lactancia materna no es prohibiendo publicitar los teteros o fórmulas que sirven de suplemento a la leche materna y que en algunos casos son indispensables. 
Este Gobierno pretende arreglar la salud con medidas coercitivas en lugar de establecer políticas de información y de prevención. También lo hemos dicho, nada mejor que la educación para que un pueblo crezca sano en todos sus aspectos. 
Piensan que con leyes podrán arreglarlo todo, cuando para nadie es un secreto que la ignorancia y la corrupción es el origen de los grandes males del país. 

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