martes, 30 de diciembre de 2014

En las universidades está la salvación del país.

Hemos pasado de ser un país donde no existía escasez y la inflación era soportable, a tener un pueblo haciendo colas y recorrer sitios en búsqueda de alimentos y productos de primera necesidad. El dinero que se gana cada día que pasa alcanza menos para cubrir las necesidades básicas.
Comenzaremos un año con un gran reto: cambiar este modelo que ha envilecido a la población. ¡Que nos ha separado como pueblo!
Los cambios o las transformaciones jamás se presentarán mientras seamos pasivos. Los pueblos son los que provocan los cambios; pues bien, si sabemos que como nación estamos muy mal, y que ya hemos colapsado, no tenemos una alternativa distinta a la de unir nuestras voces para comenzar el nuevo año exigiendo la renuncia de quienes representan todos los poderes públicos. Comenzando con la renuncia del presidente de la república porque hoy todos estamos claros él no ha sabido gobernar. La irresponsabilidad y la falta de cordura para dirigir los destinos del país es tal, que mientras no hay medicina o alimentos el presidente nos anuncia más importación de armamento militar. Pero no para combatir la delincuencia que este año 2014 cobró 25mil vidas, sino para seguir haciéndose ver como un gobierno poderoso para reprimir a la disidencia.
Mi llamado como venezolano es a todos los sectores, aquí no se trata de sacar a un chavista y de poner a un escuálido, -para decirlo en las palabras que el régimen viene manejando- nada de eso, esto no es asunto de personas sino de propósitos, de responsabilidad, de comportamiento y de modelo y sobre todas las cosas de respeto a principios básicos de  economía, de derecho y de política. Llegó el momento de que todos entandamos que  que no es con el socialismo, ni con el comunismo o con el chavismo que vamos a lograr el progreso del país, sino con el pragmatismo. No se puede gastar más de lo que se gana, la gente tiene que ganarse el sustento con el trabajo, hay que fomentar el trabajo para que  quien más trabaje más gane. Que el gobierno sepa que el capital privado es el que genera mayores riquezas y más fuentes de trabajo y que además esté convencido de que no vendrán inversiones si no hay seguridad jurídica en el país. Que la manera como recientemente fueron nombrados los representantes de los poderes públicos ahuyenta cualquier inversión porque saben que ellos no obedecen a un modelo progresista sino a más de lo mismo que nos ha empobrecido.
En las universidades está la salvación.-
Desde las universidades tenemos que diseñar el camino que debemos seguir. Tenemos escuelas de Derecho para interpretar y elaborar las reglas del comportamiento en sociedad, escuelas de Educación para ilustrar al pueblo. Sin educación jamás habrá progreso ni mucho menos libertad, también tenemos escuela de Medicina para procurar la prevención y la curación de la gente, de Ingeniería para reconstruir el país de la ruina en que los gobernantes lo han convertido, de Economía para estudiar e interpretar el fenómeno económico y de ese modo elaborar un sistema que nos permita recuperar nuestra economía y, en fin, tenemos en teoría todas las herramientas necesarias para llevar a cabo las grandes transformaciones que requiere la nación.
No es una alternativa involucrarnos o no,  sino que estamos obligados a hacerlo. En un universitario la pasividad debe ser condenable porque nosotros somos los primeros llamados a aportar soluciones a los problemas de la nación  y Venezuela está sumergida en un inmenso problema.
Venezuela es una bomba de tiempo que en cualquier momento puede estallar, evitemos el estallido asumiendo y canalizando desde las universidades el conflicto. El pueblo debe entender que en las universidades está la salvación de la nación, y nosotros, los universitarios, tenemos que estar a la altura para enfrentar esta grave crisis. Si nos quedamos tranquilos, callados o inmóviles estaríamos asistiendo al cierre de nuestras casas de estudios. Los recortes presupuestarios han venido reduciendo sus potencialidades. Se investiga menos porque no hay recursos. Quiero que los estudiantes, profesores, empleados y obreros también estén claros que con este modelo de gobierno fracasado, nuestras universidades están sentenciadas a su exterminio. Es la crónica de una muerte anunciada. Evitemos que eso ocurra y asumamos el reto que nos impone la situación
Basta de esperar que los cambios nos lleguen sin que nosotros los provoquemos. No tengo dudas que desde los distintos gremios universitarios y desde luego, de la mano con el pueblo venezolano emprenderemos la lucha para la reinstitucionalización de la nación… la calle será la principal espectadora.
Tengo fe que la comunidad universitaria saldrá no solo en defensa de las universidades sino del país.

                  

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