viernes, 29 de mayo de 2015

CHINA: EJEMPLO DEL ARTE DEL BUEN GOBIERNO/ @SJGuevaraG1


La madrugada del 21 de noviembre del año pasado, los medios internacionales se hicieron eco de lo que se presentaba como unas medidas normales –aunque inesperadas- del Banco Popular de China, la autoridad monetaria del país: el recorte de las tasas de interés para préstamos y del encaje legal, o dinero que los bancos no pueden prestar.

Lo comentamos en tiempo real. En Twitter consta la atención que dedicamos al evento. Una curiosidad especial por el menú de decisiones y su relación, tanto con el diagnóstico asumido por los decisores, como con su valor de largo plazo, permitió algunas conclusiones de interés a fines transitológicos.

Ver el bosque, y no solo el árbol, permitía evaluar el modo de actuación de las instituciones chinas de alto gobierno. E incluyo en él expresamente a la autoridad monetaria. El recorte –después ha pasado dos veces más- formaba parte de un entramado mayor de ajustes y reformas, invisible para muchos; pero, evidente al analista profesional de políticas públicas.

La medida era pertinente respecto al diagnóstico de situación: el crecimiento –soporte principal de la estabilidad- se desaceleraba. Se mostraban un enfriamiento de su sector inmobiliario, una capacidad ociosa de su sector industrial, bajas de la demanda externa e interna e insuficiencia de esta última –nos va a importar mucho esto último-; pero también, como contrapartida, un gobierno que valora seriamente el problema, visto a varios plazos, y usa bien su caja de herramientas disponible.

Las medidas específicas fueron monetarias; pero, estuvieron acompañadas de un elemento de orden institucional en el sector bancario; o sea, en la política financiera: se permitió a los bancos un poco más de flexibilidad con relación al interés que pueden ofrecer a los depositantes. Se estaba avanzando hacia la liberalización de las tasas de interés. Establezcámoslo de una buena vez: la liberalización es un término clave en las transiciones económicas. Pero, ya lo hemos dicho: el asunto crucial está en el plazo. Del apuro queda solo el fracaso.

Para el momento –ya dijimos lo ocurrido después- el Banco sostuvo “que no había necesidad de medidas de estímulo más agresivas”. Más adelante de las acciones comentadas, en marzo, el Primer Ministro Li Keqiang, declaraba “en los dos últimos años no hemos recurrido a medidas masivas para conseguir crecimiento. Aún contamos con un espacio bastante amplio y muchas herramientas en la caja para actuar si fuera necesario". Como dicho, gradualidad, con cambios marginales, prueba y posterior extensión.

Lo anterior no es todo el cuento. Junto con las medidas monetarias y el avance en la reforma financiera (dos acciones es bastante más que la unidimensionalidad en que se mueven muchos colegas nacionales) estaba presente una nutrida agenda de avances del modelo chino; de las cuales, nos interesa destacar y relacionar con lo anterior, las varias dimensiones de la acción fiscal, vía incentivos, la reestructuración –reducción- de la burocracia y la promoción vía externalidades generadoras de eficiencia, como la inversión en infraestructuras, ferrocarriles, por ejemplo –ya algunos de alta velocidad- y otras.

Lo referido, junto con acciones de estímulo hacia la agricultura y la pequeña empresa forma parte de un esfuerzo de flexibilización, muy distinta a la de Occidente, para apuntalar el crecimiento. Los analistas están de acuerdo con lo expresado arriba por el Primer Ministro: China dispone de una clara holgura dada por sus niveles de crecimiento, las posibilidades de políticas monetarias convencionales y la fuerza de la promoción y la acción directa del Estado.

Sí se debería vencer aún más las limitaciones y fragilidades del mercado financiero: por ejemplo, la afluencia del dinero del sistema bancario a la producción real. Ella, sin dudas, sin llegar a niveles de alarma, aún no reacciona de acuerdo a lo esperado. 

Sin embargo, hay un buen comportamiento al uso de capital de riesgo (semilla) en empresas tecnológicas y del terciario superior, en ciudades como Hangzhou, por ejemplo, lo cual crea un estadio superior de economía, plena de posibilidades. Y la dirigencia no cesa en su agenda económica. La presencia internacional china –referíamos varias situaciones emblemáticas en el artículo pasado, que no son las únicas- le garantiza los resultados en el largo plazo.

Pero, el mayor reto, con implicaciones de interés para la visión integral de largo plazo del proceso, es en el estímulo de la demanda interna; la cual, evaluada con integralidad, no es solo un movimiento económico, sino que es la atención explícita, casi cuarenta años después de iniciado el proceso, del tema del nivel de vida de la sociedad china. 

Nos interesa ese tema. El proceso ya dejó de ser desde tiempo, uno montado sobre la miseria. Ahora, se asume explícitamente el mejoramiento general del consumo interno. No es, entonces, solo para sostener el crecimiento, sino una línea para los mejores resultados sociales del modelo. 

Pero, cuidado: el asunto plantea algunas disyuntivas de interés; sobre todo si se planteare usar la política cambiaria como medio de mejorar la competitividad externa. No es éste, un tema de agenda, sino de conjura de amenazas. La prioridad ahora está en el consumo interno. 

No creemos, como plantean algunos análisis, que lo cambiario incide en la intención de mejorar la posición externa de la moneda nacional o ese consumo. Revísense los swaps de moneda (Chile acaba de hacerlo) o las alianzas estratégicas integrales chinas.

En todo caso, China tiene holguras para la toma de decisiones. Claro que también tiene retos y acechanzas. Las reacciones a su reciente ofensiva económica internacional y las malas juntas en ellas, como por ejemplo, Rusia y Venezuela. El dossier chino con Venezuela tendrá que ser sometido a revisión en algún momento.

En todo caso, como dicho, es un proceso pleno de enseñanzas, de obligatoria y exigente atención. El a veces repudiado análisis comparado y el manejo del largo plazo resultan ineludibles.

* Santiago José Guevara García
(Valencia, Venezuela)
sjguevaragarcia@gmail.com / @SJGuevaraG1

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