viernes, 21 de agosto de 2015

La estabilización como tema transitológico/ @SJGuevaraG1

POLÍTICA Venezuela

EL NUEVO MODO

Economía XXII
Santiago José Guevara García* / 21-08-2015
Santiago José Guevara García

La estabilización como tema transitológico. Necesaria la precisión de la naturaleza transitológica de nuestra preocupación por las acciones de estabilización económica. Las transiciones son períodos especiales y especiales son sus manejos. Y recuérdese, son procesos largos, no un simple trámite de cambio formal de régimen.

La misma condición de proceso de cambio de régimen –de forma de organización y actuación del sistema económico- ya introduce un componente desestabilizador ineludible, a ser reconocido. El cambio implica alguna inestabilidad y debe ser controlada.

Por lo demás, la tarea debe cumplirse con base en las tan mencionadas condiciones iniciales de la transición –específicas a cada caso- que podrían exigir esfuerzos especiales a considerar. Eso obliga a su previa consideración, especificación y ponderación. En los casos de neocomunismo, las instituciones, por ejemplo, han sido profundamente adulteradas y desnacionalizadas.

De su parte, la intención de producir la más eficiente transición –la menor turbulencia posible- obliga a una esmerada preparación en los planos de las precondiciones y condiciones tantas veces referidas. Especial relevancia tienen los asuntos del Plan de Acción, para la credibilidad, y la ingeniería financiera, para la viabilidad y la asunción de los costos implicados por el proceso.

Finalmente, el propio modo del Plan a asumir –de shock o gradual- plantea sus exigencias específicas. Hemos declarado nuestra convicción en la conveniencia de un modo gradual; pero, también hemos dicho que precisamente un tema de la estabilización –el control de la inflación- admite alguna aceleración.

Compleja situación, interesante alquimia. A mayor amplitud de criterios, mejores ingredientes y mejor fórmula es de esperar mejores resultados. Se trata de armonizar el amplio conjunto de acciones para disponer de las precondiciones necesarias, garantizar las condiciones, realizar los movimientos iniciales y asegurar siempre la atención a la estabilidad del proceso.

Hay, entonces, una exigencia proyectada a más de un lapso: estabilidad en el largo plazo y recurso permanente a criterios de estabilización en la coyuntura. No es el modo político económico corriente, tal como se entienden las políticas de estabilización: solo como corto plazo. Es mucho más que eso.

Convencionalmente el tema se asocia al logro de condiciones de estabilidad frente a los procesos de liberalización o reestructuración y a los temas de la inflación, la producción y el empleo. En nuestro diseño y manejo, la acción involucra otros temas y recursos de política. A ello, en clave transitológica- dedicaremos el resto del artículo.

Si el arranque de la transición venezolana fuere ahorita, hay dos grandes campos de la política económica a intervenir: lo fiscal y lo cambiario. Todo, dentro de un plan integral. Para nosotros, a diferencia de otras opiniones, el problema central es el fiscal –gasto, financiamiento, transferencias y filtraciones- (Ver nuestro artículo “2014”, del 20 de diciembre de 2.013), al cual se asocian el cambiario y el monetario. 

Se trata, como dicho, de una tarea integral, que arranca con la reducción de la “grasa” del gasto público –sí, recorte del gasto público-, pero también un ingente esfuerzo de reasignación eficiente, erradicación de las malas prácticas y falencias respecto al menú de financiamiento, profesionalización e institucionalización en el uso de las divisas, uso de las transferencias en un esquema profesional de relación entre política económica y política social y una férrea base legal y dispositivos de control contra la costosa corrupción.

Con un muy corto desfase, deberá iniciarse la reforma gradual del sistema de control de cambios. Aseguradas las precondiciones, se deberá simplificar el sistema, para lo cual, también la previa profesionalización e independencia del Banco Central, con miras al manejo de las políticas monetaria y financiera apropiadas. Este tema incluye asuntos diversos de exigente acción profesional. Merece especial cuidado el manejo de la cuenta capital de la Balanza de Pagos. Para ello igual valen los criterios de la profesionalización y la gradualidad. 

Todo lo anterior se cumple en el contexto de un Plan Integral de Ajustes y Reformas, de proyección de muy largo plazo (sin descuido de la coyuntura y la emergencia) que ya hemos hecho público progresivamente desde hace más de un año y que ha sido actualizado recientemente (“¿Cuál Plan proponemos?”. Julio 2015).

Ese Plan incluye explícitamente el otro componente de la estabilización: el relativo a las variables PIB y empleo. También existe como módulo especial y se ha presentado entre pares (“¿Cuál Modelo Productivo para Venezuela?”). Las dificultades económicas mundiales, la “nueva normalidad” de América Latina y el Caribe, las carencias actuales de la reflexión económica y de las instituciones relativas en la región, la pérdida nacional de los motores de crecimiento y el “saber convencional” nacional obligan a una intervención explícita muy exigente con relación al componente.

Pero, plantea requerimientos de coordinación. Ésos sí caen dentro de las tareas ordinarias de las políticas de estabilización. Nuestros anclajes fuertes para el proceso de transición económica, ya mencionados, permiten su cabal manejo. 

Nótese que sin referencia al Plan Integral, sino solo a la tareas de estabilización propias de la transición hemos desanudado unas seis áreas de política económica. Eso es mucho más que lo que la frecuente discusión nacional aborda. No digamos lo que algunos taumaturgos de la banca de inversión cercana al régimen proponen. 

La difícil y ya dramática realidad venezolana actual no se supera con actos de magia. La emergencia económica y la potencial crisis humanitaria que se teme en círculos internacionales exigen acción muy profesional. No precisamente en términos de emergencia, sino de integralidad. Después no digan que no lo dijimos.

* Santiago José Guevara García
(Valencia, Venezuela)
sjguevaragarcia@gmail.com /@SJGuevaraG1

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