Pablo Aure, dirigente político independiente, se
refirió a la mesa de diálogo entre gobierno y oposición, en vísperas de la
segunda reunión que se realizará el viernes 11 de noviembre.
“Si el diálogo se hubiese iniciado en base a la
sinceridad, y con verdadero ánimo de solucionar los problemas económicos y
sociales del país, los primero llamados a sentarse para aportar soluciones han
debido ser las universidades autónomas del país, pues no solo gozan de la mayor
aceptación y credibilidad entre los venezolanos, sino que tienen más de un siglo
formando a los mejores profesionales en las diferentes áreas que se necesitan
para reconstruir la nación”, enfatizó.
Sobre los resultados del diálogo prometidos por la
Mesa de la Unidad Democrática para este viernes, Aure dijo “el único resultado
que está a la vista de todos es lamentablemente la desesperanza en muchas de nuestras
familias, especialmente en lo jóvenes que no ven futuro en este país, y esa
desesperanza es producto del guabineo de la MUD y del autoritarismo del
régimen, en coincidir en un diálogo falso, usado para darle oxígeno a la
dictadura que no solo ha bloqueado todas las salidas constitucionales y pacíficas,
sino que ejecuta en contra de cualquier protesta ciudadana la más cruel y
sangrienta represión”.
En este sentido, el dirigente político aseguró “las
universidades autónomas de Venezuela deben mantenerse firme al lado de sus
estudiantes que comprenden perfectamente que, hasta que no haya cambio de
gobierno, no habrá verdadera solución a los problemas económicos y sociales,
pues Nicolás Maduro, siguiendo la línea del difunto Chávez, nos han encerrado
en la trampa del comunismo, de la persecución a los empresarios, el irrespeto a
la propiedad privada y el castigo de la meritocracia”.
Por último, Aure puntualizó “El diálogo es posible
y sincero cuando las partes tienen un objetivo en común, como asegurar la paz, por
ejemplo, que es el caso de Colombia, pero acá, no existe tal objetivo común,
pues la oposición en sentido amplio -más allá de la MUD- quiere que el régimen
se vaya del poder para reconstruir a Venezuela. Donde existan y se respeten las
garantías económicas, sociales y jurídicas. Un país con pleno respeto a los
Derechos Humanos, donde haya seguridad, desarrollo y prosperidad; mientras que
el régimen por su parte, quiere permanecer atornillado al poder y de ese modo
continuar empobreciendo y arrebatándole las oportunidades a los ciudadanos que
anhelan un futuro mejor”.
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