domingo, 6 de agosto de 2017

Operación David/ @pabloaure

¡Hasta cuándo!
Operación David
@pabloaure
Las noticias en Venezuela van al mismo ritmo que la inflación. Este fin de semana ha sido una demostración de lo que aquí escribo. El sábado devuelven a Leopoldo López a su casa por cárcel, luego de haberlo liberado sin saber las razones ni ahora mucho menos conocimos los motivos de su devolución. Una Asamblea Nacional Constituyente espuria destituye a la Fiscal General, excluyen a Venezuela de Mercosur, entre otras noticias, Así las cosas, no nos dio tiempo para asimilar todos esos asuntos cuando en la madrugada del domingo un tal capitán Caguaripano aparece en un video divulgado en las redes sociales dando un mensaje desde el Fuerte Paramacay, en el que advertía que no se trataba de un golpe de Estado sino de un pronunciamiento “Cívico-Militar” haciendo duros señalamientos al régimen, los cuales guardan relación con los reclamos que la sociedad civil  ha venido haciendo desde hace mucho tiempo.
Pues bien, durante todo el domingo estuvimos pendientes de las redes para ver los comentarios y en espera de las noticias que estaban en pleno desarrollo. Lo primero que sorprendió fue la fecha. ¿Un domingo? Nadie lo podía creer, y más aún cuando desde cuentas de periodistas reconocidas se decía que era un “peine” o cosas del G-2 cubano. Aunque el verdadero peine fue el tuit de Diosdado Cabello y el video grabado por el mayor general Suarez Chourio, supuestamente desde las afueras del fuerte Paramacay donde afirmaba la retoma de las instalaciones por los “verdaderos soldados de bolivarianos”. Ni lo de Cabello y mucho menos lo de Suarez Chourio resultó ser verdad, pues, no habían retomado el cuartel ni tampoco sometido a los supuestos terroristas, pues si hubiese sido cierto lo lógico era haberlos presentado ante los medios como suele ocurrir siempre, es más, las cámaras de VTV hubiesen estado en las instalaciones del Fuerte, cuestión que nunca, al menos hasta el momento de escribir esta columna, ocurrió.
Luego el mismo capitán Caguaripano anunció el éxito de lo que se denominó la “Operación David”, se notificó que se llevaron cientos de armas, granadas y municiones del parque de una de las más importantes instalaciones militares del país.
Que un capitán con un grupo de oficiales sometan a una brigada blindada con alto poder de fuego, ya dice mucho de lo débil del régimen. No escuché al ministro Padrino López pronunciarse, aunque si vi, ya entrada la tarde a un Nicolás Maduro celebrando la “victoria”, vaya celebración; rodeado de guardaespaldas.  El miedo será la sombra que de ahora en adelante perseguirá al régimen. El capitán cumplió su objetivo y demostró que el ejército le dio la espalda a su comandante en jefe.
La “Operación David”, no tengo ninguna duda  marcará una escalada de acciones militares. Siempre se le ha reclamado reacción a los militares. Lo del domingo 6 de agosto fue una demostración inocultable que hay sectores de la FAN que están dispuestos a no seguir tolerando los golpes de Estado continuados que se vienen fraguando desde Miraflores en connivencia con el Tribunal Supremo de Justicia, el CNE y un grupete de militares que, ya vimos, tampoco representan el sentir de toda la institución castrense.

Sangre y muerte.-
Este régimen no se le agua el ojo para dispararle a los civiles, Valencia nuevamente fue bañada de sangre por disparos de órganos de represión del Estado contra manifestantes desarmados que lo único que hacían era ejercer su legítimo derecho a protestar. No incursionaron en las instalaciones militares, solo expresaban su rechazo al régimen y además salieron porque sentían que habían sido escuchados por un sector militar.  
Desde aquí nuestra solidaridad con los familiares de los civiles caídos en protestas pacíficas, así como también con la de los militares en el caso de existir bajas en ese estamento. Ningún ciudadano civil o militar merece morir por la crueldad de un gobierno que ha horadado los sentimientos de solidaridad entre hermanos venezolanos.
Venezuela no merece más derramamiento de sangre, tampoco este nivel de conflictividad, de hambre e inestabilidad por la cual atravesamos. Por el bien de la patria, Nicolás Maduro debe separarse del cargo, y cumplir con lo que el sentir del pueblo expresó el 16 de julio. Empeñarse en desconocer la voluntad del soberano es seguir provocando tragedias.
Los únicos responsables de lo que ocurrió en el Fuerte Paramacay,  de las muertes y heridos dentro o fuera del cuartel, es el régimen.
Cuando se agotan las vías institucionales, cuando le cierran los caminos a los ciudadanos para expresarse en libertad, cuando le quitan la comida y los alimentos al pueblo, surgen otros mecanismos no convencionales aunque si constitucionales para recomponer la ruptura del orden constitucional y darle respuestas serias y sinceras a ese pueblo que siente que todo lo había perdido. Que no se entienda estas palabras como una loa a quienes ayer aparecieron en las redes acompañando al capitán Caguaripano, aquí más nunca habrá un mesías. Basta de esas creencias. Ese militar hizo lo que el consideró tenía que hacer para dar cumplimiento a su juramento. Eso sí,  hizo revivir las esperanzas en la que un día fueron las gloriosas Fuerzas Armadas Nacionales.    
¿Cívico militar?
La acción militar no es igual a la actuación de los civiles.
Los civiles manifestamos con nuestras ideas y apoyadas con argumentos. Los militares no actúan de la misma manera, ellos se enfrentan hasta someter al contrario. Nosotros, los civiles, llegamos hasta la frontera de los cuarteles, de allí en adelante habla la fuerza militar con la disciplina y la obediencia, lo cual debe producirse siempre dentro del marco constitucional, lo que significa que ningún militar está obligado a acatar una orden manifiestamente contraria a los derecho humanos. Lamentablemente en los últimos años, los venezolanos hemos sufrido mutaciones en ese comportamiento apegado a la norma. La FAN no ha procedido de una manera digna por haber tolerado los desafueros de los altos mandos. Ejemplos muchísimos.     .
Recordemos que el 16 de julio hubo un mandato de los ciudadanos, que se debe obedecer, pues un civil o un militar que respete la Constitución y el sistema republicano debe entender que la pauta la marcan los civiles y está en manos de los militares respaldarlas y hacer que se cumplan. Creo que de allí se derivaron los hechos acaecidos en el fuerte Paramacay. Ojalá así sea pero con el menor daño posible.
Sigo rogando a Dios por la restitución del hilo constitucional, que se respete lo expresado el 16 de julio para que reine la paz y de ese modo se le abran las puertas a la construcción de un país de oportunidades, de reencuentro y sin odios pero con justicia. Un país donde las instituciones sean respetadas porque las mismas deben estar  dirigidas por ciudadanos de bien.
Confirmado
Los ciudadanos que quieren libertad y un país de oportunidades no están pensando en las regionales. Pudiéramos decir que David se unió a la verdadera Rebelión Popular.


Pablo Aure

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